06 abril 2008

La ejecución de la obra de la desalinizadora de Torrevieja se adelanta dos meses y estará para fin de año




El Gobierno ha ejecutado el 70% de la planta que se convertirá en la mayor de Europa y en la segunda del planeta y que podrá tratar hasta 120 hm3 al año.

La construcción de la desalinizadora de Torrevieja, que se encuentra ahora en el 70 por ciento de ejecución, ha generado una polémica que lejos de amainar tras las elecciones generales se ha recrudecido más, si cabe, en los últimos días con declaraciones del PP de la Diputación que ha llegado a manifestar, basándose en un informe realizado por la Universidad de Chile, que el boro que producirá la planta puede generar alteraciones en los genitales masculinos. Esta es la última aseveración que se une a los mensajes negativos que desde la Generalitat Valenciana se han lanzado contra la desalinizadora, argumentando que daña el medio ambiente, tiene un alto consumo eléctrico, puede producir nubes tóxicas, pone en peligro las praderas marinas de posidonia... Sin embargo, a pesar de las constantes denuncias que vienen desde el Consell, la planta torrevejense cuenta con el beneplácito de Europa y se construye a un ritmo frenético -llevan dos meses de adelanto sobre el plazo previsto- y se espera que a final de año pueda ponerse en marcha. Las prisas del Gobierno se deben a dos causas fundamentales. Una, la grave sequía por la que atraviesa prácticamente toda España, y dos, el intentar trasladar a los ciudadanos que el tan cuestionado por unos, y glorificado por otros, trasvase del Ebro al Levante, pertenece al pasado. La obra "cumbre" de desalinización del Ejecutivo socialista es la de Torrevieja, que incluso sorprende por su envergadura a ingenieros y técnicos que trabajan en ella a diario. Su presupuesto también destaca, 297 millones de euros de los cuales 55 provienen de la Unión Europea. Su fama ha traspasado fronteras y la empresa que la construye prevé edificar otra similar en los Emiratos Árabes.La obra civil de esta planta se encuentra al 70 por ciento de ejecución a fecha del pasado jueves. Además, se ha rebajado en dos meses el plazo de ejecución debido a la crítica situación hídrica en toda España. También está pendiente la conexión de esta instalación con una subestación eléctrica cuyos trámites ya están en marcha, según el Gobierno socialista. La segunda mayor planta de potabilización de agua de mar de todo el planeta registra en estos momentos "un esfuerzo máximo" para que entre en funcionamiento a finales del presente año, según explicó Adrián Baltanás, director general de Aguas de las Cuencas Mediterráneas S.A. (Acuamed) organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. Las instalaciones tratarán anualmente 80 hectómetros cúbicos de agua de mar que según Baltanás asegurará el agua potable de 2,5 millones de personas y complementará el riego de 65.000 agricultores del trasvase Tajo-Segura. Además las instalaciones generales, una vez finalizadas las obras, quedarán preparadas para ampliar el número de hectómetros cúbicos al año hasta 120. Baltanás no ahorra elogios para defender la política hídrica del Gobierno y critica la postura de los hombres de Camps. Al mismo tiempo arremete contra el PP y en especial contra el Consell por su oposición frontal a la planta. El director de Acuamed, en sus declaraciones a este medio, no deja pasar la ocasión y aprovecha la reciente exposición del teniente de alcalde del Ayuntamiento de Torrevieja y diputado provincial, Domingo Soler quien, aludiendo a un estudio realizado por la Universidad de Chile, señala que "la exposición prolongada de los seres humanos a compuestos del boro -como los que emitirá la desalinizadora de Torrevieja- produce irritación gastrointestinal y atrofia testicular". Según Baltanás "si hacía falta algo para poner de manifiesto el cinismo del PP esta es la prueba". Las declaraciones de Soler, añade, "me dan ganas de reír si no fuera porque estamos hablando de un tema tan serio; el PP de nuevo pretende tomar el pelo a los ciudadanos".Sobre esta cuestión dijo que todos los "pretextos" de la Generalitat Valenciana para "obstaculizar y sabotear la desalinizadora por el daño al medio ambiente no son ciertos". Vuelve a nombrar los informes y sentencias de la Unión Europea, de la Audiencia Nacional y del Tribunal Constitucional "tres instancias que nos han dado la razón y han puesto al descubierto los falsos argumentos del PP", apostilló Baltanás, que recordó incluso que parte del coste de la obra proviene de los fondos europeos.Baltanás, en varias de sus visitas a la desalinizadora con una sonrisa cómplice en sus labios, viene repitiendo que el propio alcalde de la ciudad, Pedro Ángel Hernández Mateo, del PP, está a favor de la desalinizadora "aunque no lo puede decir".Mateo, tan partidario del desarrollo urbanístico, tiene garantizado el suministro hídrico para seguir con su política al igual que la práctica totalidad de los 27 municipios del Bajo Segura, la mayoría del PP, donde están previstas o en proyecto la construcción de entre 50.000 y 75.000 viviendas. El propio Soler señaló el pasado viernes sobre la instalación que "el PP no se opone a su construcción, se opone radicalmente a la forma en que se está haciendo".Sobre los efectos medioambientales de las desalinizadoras en cuanto a los vertidos de salmuera al mar es normal en política que las valoraciones entre PP y PSOE sean totalmente distantes, ya que ni los propios científicos se ponen de acuerdo, y cada partido pone sobre la mesa los informes que más le interesan.Pero si algo está claro y es indiscutible, apunta el responsable conservacionista, Miguel Ángel Pavón, es el efecto negativo ambiental que tendrán las desalinizadoras, no ya por el vertido al mar de salmuera, sino por su repercusión al territorio en especial en el Bajo Segura ya que hará viables nuevos proyectos urbanísticos aprobados en última instancia por el Gobierno valenciano, al tener garantizada el agua.Pero si Pavón alerta de una incidencia negativa de la desalinizadora de Torrevieja por la proliferación urbanística que va a provocar, el popular Domingo Soler augura lo contrario y acusa a los socialistas de querer con la planta "destruir el presente y futuro turístico de la ciudad para hundir Torrevieja y los municipios de su entorno".DiputaciónPor otro lado, el portavoz socialista en la Diputación, Antonio Amorós, pidió una rectificación al PP por las "mentiras" vertidas sobre este asunto. Según dijo, Camps y otros dirigentes del partido "deben estudiar qué agua beben, porque les deja impotentes ante el trabajo". En su opinión, sólo se trata de "una manipulación interesada de documentos científicos".


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