La región alcanzó uno de los peores registros de España entre 2007 y 2011
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Manifestación contra la pobreza por las calles de Valencia en octubre de 2010. |
En este período, la caída
acumulada del Producto Interior Bruto (PIB) se ha situado cerca del 9%, la
destrucción del empleo ha sido del 21% y la tasa de paro prácticamente se ha
triplicado al aumentar del 10% al 29% en la población activa. La Comunidad Valenciana
contaba con un índice de desarrollo de humano ligeramente inferior a la media
española. Sin embargo, entre 2007 y 2011 es una de las comunidades que sufre
mayor deterioro de dicho índice (seis puestos, del siete al 13) en el que se
combinan indicadores de salud, educación y bienestar material, motivado por la
fuerte caída de la renta y el gasto medio de las familias.
Asimismo, ha
experimentado “un gran deterioro” en el índice de pobreza económica (pobreza material más exclusión
social). Mientras que la pobreza se ha disparado 15 puntos por encima de la
media nacional, la pobreza económica, que ha aumentando un 98% en España,
alcanza en la
Comunidad Valenciana el 171%. El porcentaje de hogares
pobres, que tuvo un incremento del 2% en España, en la Comunidad Valenciana
se elevó un 8%. El dato la sitúa entre las regiones con peores registros por la
ampliación de la brecha relativa de pobreza como por la intensidad con la que
se manifiesta el desempleo de larga duración.
La estructura productiva
de la Comunidad
Valenciana presentaba un peso muy elevado de las actividades
inmobiliarias y de construcción (el 22,2% del PIB), y este ha sido uno de los
factores que más negativamente han contribuido a la caída del PIB. El informe
incide en que las consecuencias de la recesión sobre el nivel de vida de los
ciudadanos de la
Comunidad Valenciana “van más allá” de la evolución observada
en el PIB per cápita y la tasa de paro y afectan a factores relacionados con el
desarrollo humano o la pobreza económica.
En lo que se refiere a
la dotación de factores productivos, la ratio de capital por habitante, la Comunidad Valenciana
“está por debajo de la media del país”. Y al segregar el componente residencial
(de gran importancia por el desarrollo del turismo) y tomar en consideración
solo el capital no residencial (más relevante como capital productivo) “todavía
se ahonda más” la distancia con la media nacional, aunque se detecta “una
elevada productividad de ese capital no residencial”. El informe señala que una
mejora de las dotaciones del capital no residencial, equiparándose con la media
de España, produciría un impacto muy positivo sobre la producción.
En relación con el
factor trabajo, la
Comunidad Valenciana contaba, antes de esta gran recesión,
con una tasa de paro similar a la media nacional (del 8% de la población
activa), pero las consecuencias de la crisis la han situado “entre las regiones
con mayor destrucción de empleo y superando la ya de por sí elevada tasa media
de paro nacional”. Al tener una tasa de paro tan elevada, señala el estudio, la
educación, cuyo nivel es equiparable al resto del país, tiene un impacto
bastante superior a la media nacional en su capacidad para reducir la
probabilidad de desempleo de la población, aunque sus efectos sobre los
salarios son algo menores.
Pobres visibles e invisibles
PILAR ALMENAR, VALENCIA
El Instituto Valenciano
de Investigaciones Económicas y la fundación BBVA, alertaron el pasado mes de diciembre
de que el 28% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social. La
renta per cápita ha retrocedido a los niveles de hace una década y en la Comunidad Valenciana ,
según las estadísticas oficiales, existen medio millón de pobres con perfiles
diversos y pocas perspectivas de encontrar empleo.
La crisis ha hecho
evolucionar el tipo de pobreza, que ha pasado de ser visible a invisible. “El
aspecto que encontramos más novedoso es el empeoramiento de la situación de los
mayores y de los jóvenes”, explicó ayer Ana Gómez, portavoz de Cruz Roja en la Comunidad Valenciana.
“Los mayores están soportando económicamente el peso de segundas y terceras
generaciones familiares. A esa presión económica, se añade el empeoramiento de
sus condiciones de salud derivadas de una dificultad creciente para costear sus
medicamentos”.
Cruz Roja lo define
como “pobreza invisible”. “De enero a octubre de 2013 ayudamos a 1.777 familias
valencianas con alimentos básicos o ayudas para paliar sus situaciones de
impago de luz, agua o gas”, precisó. Las personas que acuden a pedir ayuda
“están muy desesperadas” pero Gómez hace una reflexión: “Hay muchísimos casos
de gente que no viene y eso nos preocupa”.
Y el pleno empleo se desvaneció
JOAQUÍN FERRANDIS,
VALENCIA
El
pleno empleo fue un sueño que el Gobierno valenciano acarició en pleno apogeo
de la burbuja inmobiliaria. En junio de 2006 la tasa de paro estaba en el 7,8%
en la Comunidad
Valenciana , el desempleo en los hombres no alcanzaba el 6% y
el de las mujeres superaba por poco el 10%. Y el PP especulaba con llegar al
5,5%, que es la tasa que, en teoría, permite encontrar trabajo en un corto
plazo de tiempo.
Pero
la burbuja se pinchó pese al discurso triunfalista de la Generalitat. El
año pasado acabó con una tasa de paro del 27,9%, más de 20 puntos por encima de
aquel sueño que se tocaba con la punta de los dedos. Un porcentaje de desempleo
que fue de 27% para los hombres en 2013 y del 29,1% para las mujeres. Por
edades, la desocupación en los jóvenes alcanzó casi el 60%.
El
cierre de 2013 no ofreció, pese a lo que pueda parecer, los peores datos de
desempleo conocidos, que se alcanzaron en el primer trimestre de ese año con
una tasa del 29,2% (del 28% en hombres y del 30,9% en mujeres). Desde entonces
los índices han logrado una progresiva pero lenta mejora de poco más de un
punto. Todavía muy poco para que que el presidente de la Generalitat , Alberto
Fabra, pueda mantener que la Comunidad Valenciana liderará la salida de la
crisis en España, pero lo suficiente como para que venda el discurso de la
recuperación.