La infección masiva se produjo en diciembre de 2011 en el centro de La Vila Joiosa
Una paciente afectada ha demandado a la Generalitat este mes de febrero
El informe epidemiológico apunta a la manipulación inadecuada del suero fisiológico
El hospital Marina Baixa (La Vila Joiosa, Alicante) |
La denuncia de una
paciente de 35 años que se infectó de hepatitis C durante su ingreso en el hospital Marina
Baixa de La Vila Joiosa (Alicante) en diciembre de 2011 ha destapado la
existencia de un contagio por negligencia —así lo apunta el informe oficial—
que también afectó a otras nueve personas del mismo centro y que no había
trascendido.
Una revisión médica de
rutina fue la que detectó que las transaminasas estaban altas y que algo en el
hígado no iba bien. La paciente relacionó de inmediato los resultados del
análisis con la operación a la que se había sometido meses antes en el centro alicantino.
Este es el punto de partida de una investigación que concluyó con la detección
de la infección. Y que llegó a la conclusión de que la causa más probable del
contagio múltiple fue la falta de medidas de asepsia al usar un envase de suero
fisiológico multidosis para tratar a distintos pacientes, en lugar de emplear
frascos individuales, como aconsejan los protocolos de buena praxis médica para
evitar casos como este.
El informe de los
servicios de epidemiología de la sanidad valenciana que describe los detalles
del brote tiene fecha del 30 de agosto de 2013, pero no se hizo público. Ayer,
la asociación El Defensor del
Paciente denunció los
hechos y trasladó que ha presentado una demanda a la Consejería de Sanidad
valenciana por el contagio del primero de los pacientes en advertir la
infección, la paciente de 35 años. “Está muy fastidiada anímicamente, le han
hecho polvo la vida, tiene pánico de contagiar a su marido, a las relaciones
sexuales...”, relata su abogado, Ignacio Martínez.
Fuentes de la
Generalitat admiten los hechos e indican que existen siete
procedimientos abiertos por denuncias de los pacientes afectados, tanto por la
vía administrativa como por la judicial.
El informe es
concluyente: “Se confirma la existencia de un brote epidémico nosocomial de VHC
genotipo 2q con 11 casos, 10 de ellos presentando una hepatitis C aguda y otro
siendo un portador asintomático [la teórica fuente del contagio]”. Podrían ser
más, pero otros 13 pacientes ya habían fallecido en el momento del estudio y
hay un ciudadano británico al que no se ha localizado.
Todos ellos estuvieron
ingresados en el centro hospitalario de La Vila Joiosa , de la red
pública, el 1 de diciembre de 2011, por lo que “la fecha de exposición fue
probablemente entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre”, añade el
documento. La hipótesis “más plausible” que manejan los especialistas de la
sanidad valenciana es que el mismo envase de solución salina que se empleó para
el paciente portador del virus de la hepatitis C se usó para el resto.
La noche del 29 al 30 de
diciembre de 2011 el enfermo contagiado de origen sufrió una hemorragia
digestiva. Los profesionales sanitarios le canalizaron una segunda vía
intravenosa para una transfusión de urgencia. “Es posible que para la
permeabilización de la vía [procedimiento para que no se ocluya la cánula] se
usara un frasco SSF (solución salina fisiológica) multidosis”, indica el
escrito. Es probable que durante la estabilización del paciente se tuviera que
permeabilizar la vía del enfermo varias veces, continúa el relato. Este proceso
implica usar una jeringuilla para extraer el suero del envase e inyectarlo en
la vía del paciente. “Si para ello se utilizó de manera inadvertida la misma
jeringa, se contaminaría el frasco de SSF multidosis, y si después se usó para
la permeabilización de la vía de otros pacientes, se explicaría la transmisión
al resto de casos del virus”, concluye el escrito.
De los 10 pacientes
afectados, a fecha de agosto del año pasado, tres habían requerido tratamiento
y uno estaba pendiente de iniciarlo. Otro había fallecido por su patología de
base. Sanidad trasladó ayer a este diario que todos los que necesitan
asistencia la están recibiendo, “cada uno en función de su sintomatología”.
También indicó que ya no se emplean envases monodosis.
“Estos casos son muy
infrecuentes”, comenta el vicepresidente de la Sociedad Española
de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, Rafael Cantón. “Las tasas
de infecciones nosocomiales [hospitalarias] han bajado de forma muy importante
en España”.
La hepatitis C puede
cursar sin síntomas, de ahí su peligro, ya que a largo plazo existe el riesgo
de que provoque daño hepático grave en forma de cirrosis o cáncer de hígado. En
el 20%-25% de las personas que han estado en contacto con el virus, el patógeno
desaparece de forma espontánea. En el resto de la población, cuanto más pronto
se trate, mayores son las probabilidades de erradicar la infección, como apunta
Enrique Ortega, jefe de la unidad de enfermedades infecciosas del hospital
General de Valencia.
Si se ataca con
ribavirina e interferón durante los seis meses después del contagio, en la
llamada fase aguda, la posibilidad de éxito son hasta del 90%. En caso
contrario, al cronificarse la infección, depende del genotipo. Uno de los más
raros en España —los más comunes son el 1 y el 4— y de los más fáciles de
combatir es el genotipo 2, el que tenían los pacientes infectados. Tras seis
meses de tratamiento, la paciente que ha denunciado la infección cuenta ahora
con una carga viral muy baja, según su abogado. “Pero está hecha polvo”,
insiste.
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