El PP pierde 13 de 55 escaños y no alcanza la mayoría absoluta ni con UPyD
El PSPV cae pero Compromís y EU doblan diputados y podrían gobernar juntos
Si las elecciones a Cortes Valencianas se
celebrasen hoy, el mapa electoral sufriría un auténtico tsunami. El desgaste
del PP, apenas año y medio después de lograr su mayoría absoluta más holgada, es
tan grande que la izquierda tendría escaños suficientes para gobernar en
coalición. Las consecuencias de la crisis económica y la desafección ciudadana
hacia la política, especialmente hacia populares y socialistas, están en el
origen del vuelco electoral.
Así lo
refleja el sondeo realizado por Metroscopia para EL PAÍS, que asegura que el PP
perdería 13 de sus 55 escaños actuales (la mayoría absoluta está en 50) y el
15,1% de los votos (obtuvo el 49,3% en los comicios) para quedarse en el 34,2%.
Ni siquiera
la entrada de Unión Progreso y Democracia (UPyD), el partido de Rosa Díez, que
obtendría un 7,1% de los votos y hasta seis escaños, daría oportunidad al PP de
gobernar en coalición, como ya hizo en 1995 con la desaparecida Unión
Valenciana.
No obstante,
los responsables del sondeo introducen “dos importantes matizaciones”. La
primera: “Es una encuesta realizada fuera de periodo electoral, por tanto, los
datos de intención de voto no tienen otro valor que el de expresar un
determinado y coyuntural clima de opinión y en modo alguno reflejan
predisposiciones de voto firmes y cristalizadas”. La segunda: “Hay que tener en
cuenta que los contextos económico, político y social influyen sobre estas
estimaciones”. La encuesta, que se basa en una muestra de 1.000 entrevistas
realizadas entre los días 1 y el 5 de octubre, con un margen de error de 3,2
puntos, alerta de que si hoy hubiese elecciones la participación caería cinco
puntos respecto a los últimos comicios y se situaría alrededor del 65%. Por
contra, el voto en blanco sufriría un incremento sustancial de hasta seis
puntos con respecto a las últimas elecciones autonómicas celebradas.
El desplome del PP y la entrada en escena de UPyD —el
tamaño de la muestra no permite establecer la distribución de su voto en las
tres provincias— no se traduce en ninguna mejora para los socialistas, que
todavía no han tocado fondo.
Pese al
enorme descenso que ya registró el PSPV-PSOE en
las elecciones de mayo de 2011 respecto a comicios anteriores, los socialistas
—ahora dirigidos por Ximo Puig en la secretaría general— siguen cayendo en
barrena. Según el estudio de Metroscopia, los socialistas pierden 8 de los 33
escaños actuales y se colocan por debajo del 20% de voto (solo lograrían 19,9%
de los votos frente al 28% que obtuvieron en las elecciones).
Los grandes
beneficiados son Compromís y Esquerra Unida, que superan en más del doble
sus resultados. Coalició Compromís pasa del 7,1% de los votos al 13,6% y
Esquerra Unida, formación refugio de un buen número de votantes socialistas
desencantados, salta del 5,9% del voto obtenido al 11,5%. Con estos
porcentajes, ambas formaciones obtendrían 13 escaños cada una, que sumados a
los 25 del PSPV permitirían formar una coalición de izquierdas (basada en 51
parlamentarios) para gobernar.
Los
valencianos penalizan el mal gobierno del PP en el último año y medio —un 72%
tacha de mala o muy mala la actuación del Consell que preside Alberto Fabra— y
la incapacidad del PSPV-PSOE para liderar la oposición —un 66% califica la
actuación de este partido de mala o muy mala—. La desconfianza hacia la
política es tal que la mayoría (un 36%) de los ciudadanos cree que ningún
partido político defiende los intereses de los valencianos. Una opinión que ha
aumentado un 9% respecto al sondeo que realizó Metroscopia para EL PAÍS de hace dos años.
Por partidos, el PP, que era la formación que
mejor representaba los intereses de la Comunidad Valenciana hace dos años para
el 39% de los ciudadanos ahora solo sigue cumpliendo para el 22%. Y si un 16%
pensaba que esa función la cumplían los socialistas en 2010 ahora solo confía
en ellos el 9%.
La formación
que más confianza ha ganado entre los valencianos es Compromís, que ya se
coloca a poco más de seis puntos de intención de voto respecto a los
socialistas, y que es la mejor valorada. Si hace dos años, solo un 2% de los
valencianos creyó que el Bloc representaba mejor que nadie el interés de los
valencianos ahora es el 13% el que piensa que ese papel lo representa Coalició
Compromís. En Esquerra Unida, el aumento de la confianza apenas varía al pasar
del 3% al 5%.
En este clima
de desafección hacia la política, los líderes de los partidos también tienen
problemas para lograr el aprobado.
El presidente de
la Generalitat es el
más conocido con diferencia por los valencianos (92%), aunque con un 4,1 se
queda muy lejos del aprobado y es el que peor valoración tiene de entre los
dirigentes de los principales partidos políticos.
Fabra paga la
mala imagen del Gobierno valenciano, cuyos consejeros tienen un nivel de
conocimiento inferior al 50% y ninguno llega al aprobado. El vicepresidente
José Ciscar, con un conocimiento del 42% y una nota de 4.3, es de los más
conocidos y valorados, mientras que los titulares de Sanidad, Hacienda y
Educación (Luis Rosado, José Manuel Vela y María José Catalá) obtienen
calificaciones inferiores al 4.
El estudio demoscópico desvela la fortaleza del
liderazgo de Mònica Oltra,
portavoz adjunta de Compromís y dirigente de Iniciativa del Poble Valencià, que
logra la mayor nota de todas. Un 6 sobre 10, con un conocimiento del 39%. Oltra
logra buena nota no solo entre los votantes de Compromís, que la puntúan con un
8,3. También entre los de Esquerra Unida (7) y entre los votantes socialistas
(6,2). Su socio de coalición, el secretario general del Bloc y portavoz de
Compromís, Enric Morera,
se acerca al aprobado (4,8) con un grado de conocimiento algo inferior (32%).
El líder
socialista, Ximo Puig,
saca mejor nota que Alberto Fabra (4,4) sin llegar al aprobado y con un conocimiento
del 43%.
La otra
dirigente que logra superar el cinco es la coordinadora de Esquerra Unida, Marga Sanz, que obtiene un 5,2 de puntación pero
con un nivel de conocimiento muy inferior (19%) al del resto de líderes.
Las malas
puntaciones a los dirigentes valencianos del PP y del PSOE también alcanzan a
sus referentes estatales. El 65% de los valencianos desaprueba la gestión del
presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy (en el conjunto de España la
desaprobación es del 71%). Es casi el mismo porcentaje (67%) de los que
desconfiaban de él en el sondeo de Metroscopia del año pasado para EL PAÍS.
El dirigente
socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, no sale mejor parado ya que un 72%
desaprueba su gestión como líder de la oposición. Como sucede con Rajoy, este
porcentaje de suspensos en la Comunidad Valenciana es ligeramente inferior al
del conjunto de España (76%) y similar a la desconfianza (81%) de los
valencianos hace un año.
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