Cuando la
realidad económica apunta en una dirección, la política y la gestión municipal
parece que diverge hacia otra. Seis municipios de la montaña de Alicante, que
apenas suman 9.000 habitantes, entre los que están Relleu y Sella, han sido
incapaces de mantener mancomunado el servicio recogida de basura para ahorrar
costes y acordaron provisionalmente hace un año disolver la Mancomunidad de la Bonaigua , que presidía la
alcaldesa de Sella, Natalia Hernández, desde agosto de 2011. Pero desde
entonces no han continuado los trámites para su liquidación, que pasan
porque se apruebe el proyecto de actuaciones liquidadoras en la Junta de Gobierno de la Mancomunidad ,
exponerlo un mes al público, someter al pleno de los ayuntamientos su
aprobación por mayoría absoluta e informar a la Generalitat de la
disolución, liquidación y distribución de su patrimonio para que se
publique.
FCC recogía la basura de los seis
municipios que integran esta Mancomunidad: Relleu y Sella, de La Marina Baixa , desde
2006, junto con Aigües, Busot, Tibi y Torre de les Maçanes, que la crearon hace
más de 14 años, que además prestaban los servicios sociales de los cuatro
pueblos de L’Alacantí y L’Alcoià. Pero los alcaldes de todos
ellos, los seis del PP, aprobaron en noviembre de 2012 por unanimidad el
acuerdo previo de su disolución por no poder afrontar una deuda de 848.602,02
euros con la empresa encargada de los residuos sólidos urbanos.
Si bien Relleu y Sella eran los
municipios que menos debían a la Mancomunidad , 55.964 y 36.308 euros,
respectivamente, las deudas de otros como Aigües (304.448 euros), Tibi
(273.542), Torremaçanes (231.822) y Busot (212.056) han abocado a la entidad al
colapso, aunque el Consell también le debía a esta agrupación de municipios
94.866 euros y la
Diputación otros 62.210. Entre la deuda de los Ayuntamientos
y el resto de deudores, la
Bonaigua sumaba débitos por 1.275.126,54 euros. En algunos
casos, como los de Aigües y La
Torre , la deuda con la mancomunidad suma más de una tercera
parte de su presupuesto anual y en el de los dos municipios de La Marina entre el 5 y el 10%.
Un demoledor informe de la Secretaria-Interventora
de la entidad aseguró para justificar la disolución que “el elevado nivel de
deuda que mantienen algunos ayuntamientos mancomunados para con la Mancomunidad supone
la inviabilidad económica de la entidad supramunicipal”. Y advierte de otro
problema al que se enfrenta: el “aumento considerable de gastos por posibles
reclamaciones judiciales ante el impago de obligaciones”. Este incumplimiento
de obligaciones de los ayuntamientos, según la propuesta de disolución que se
aprobó, provocó una grave déficit de tesorería que “acarrea la imposibilidad de
seguir atendiendo el pago de los gastos de personal así como, y en especial, el
continuo incumplimiento de pago de obligaciones reconocidas frente a terceros”,
una situación irremontable por “el elevado nivel de deuda de algunos de los
ayuntamientos”.
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