- Los responsables son quienes crearon un sistema emocional, con resortes psicológicos de manipulación colectiva, para sustentar un sistema podrido de corrupción
La Comunidad Valenciana tiene demasiadas
similitudes con Grecia: despilfarro, deuda, corrupción y desempleo, y ahora el
cierre de su televisión pública
Los problemas de Canal 9
han sido claramente provocados por el PP desde que Zaplana comenzó su gobierno
pasando por el delirio de poder de Camps. Era una muerte anunciada, pero no por
ello, deja de resultar indignante y desolador. Porque las causas del deterioro,
la mala imagen, la ineficacia de la Televisión pública valenciana ha sido claramente
provocada durante los años del PP.
Trabajadores de canal nou en el plató
Todos los medios de
comunicación privados han reaccionado a favor de mantener el ente, criticando
lo que supone la desaparición de un medio de comunicación público. Sólo los
medios de comunicación de la derecha han aplaudido la decisión de cerrar,
porque ya estarán negociando abrir una televisión privada, por supuesto, con
claros intereses mercantiles, económicos e ideológicamente conservadores. Ésa
será la última puntilla de muerte a un sistema democrático que le debamos al
PP.
La impunidad es la peor
injusticia de una sociedad democrática. No sólo debe haber responsabilidad
política, sino también judicial. Porque lo que ha ocurrido con Canal 9 ha sido una forma de
gobernar chulesca e inmoral, claramente antidemocrática, con abuso de poder,
uso del dinero público en beneficio privado, con despilfarro, clientelismo,
mala gestión e ineficiencia, pérdida del objetivo constitucional, presión a los
periodistas, mordazas y manipulación, corrupción a raudales y estafa, incluso
con denuncias por abusos sexuales, hasta llegar a convertir este medio de
comunicación informativa y cultural en un instrumento al servicio de lo peor y
más nefasto del PP.
Es cierto, el modelo de
televisión valenciana del PP es insostenible, ineficaz, despilfarradora y
además no sirve ni para cohesionar y vertebrar al territorio valenciano, ni
para difundir su cultura, ni para ofrecer una información plural y objetiva, ni
para sostener al sector audiovisual, ni para entretener a una ciudadanía que
hace mucho que no veía ni le interesaba Canal 9.
Pero eso no quita para
que no nos sintamos indignados y estafados con su muerte. Porque es la muerte
de un sistema democrático, de la
Autonomía , de trabajos y empleos periodísticos, de la cultura
y la información. Muchos lloramos porque los responsables que generaron este
monstruo insostenible e incivilizado, hoy son los mismos que cierran la
televisión alegando una barata demagogia, como ha dicho el presidente Alberto
Fabra: “No cerraré un colegio ni un hospital para pagar la televisión”.
¡Derechos contra derechos!
Demagógico y
manipulador. Lo próximo que caerá será la enorme deuda que se esconde detrás de
los colegios públicos, y no porque se hayan hecho colegios, sino porque al
igual que RTVV se ha robado y estafado detrás de nobles acciones políticas como
la Educación. Porque
además no es una cuestión de elegir derechos, mientras el PP sigue manteniendo
prebendas suntuosas para lo que quiere, y porque no basta con cerrar: ¡hay que
asumir la responsabilidad! Ahora, toda España se da cuenta que esta locura
vivida en la
Comunidad Valenciana bajo los periodos del PP no era
solamente cuestión “de cuatro trajes”.
Los responsables son
quienes crearon un sistema emocional, con resortes psicológicos de manipulación
colectiva, para sustentar un sistema podrido de corrupción.
Ana Noguera es miembro del Consell
Valencià de Cultura
Los problemas de Canal 9
han sido claramente provocados por el PP desde que Zaplana comenzó su gobierno
pasando por el delirio de poder de Camps. Era una muerte anunciada, pero no por
ello, deja de resultar indignante y desolador. Porque las causas del deterioro,
la mala imagen, la ineficacia de la Televisión pública valenciana ha sido claramente
provocada durante los años del PP.
Trabajadores de canal nou en el plató |
Todos los medios de
comunicación privados han reaccionado a favor de mantener el ente, criticando
lo que supone la desaparición de un medio de comunicación público. Sólo los
medios de comunicación de la derecha han aplaudido la decisión de cerrar,
porque ya estarán negociando abrir una televisión privada, por supuesto, con
claros intereses mercantiles, económicos e ideológicamente conservadores. Ésa
será la última puntilla de muerte a un sistema democrático que le debamos al
PP.
La impunidad es la peor
injusticia de una sociedad democrática. No sólo debe haber responsabilidad
política, sino también judicial. Porque lo que ha ocurrido con Canal 9 ha sido una forma de
gobernar chulesca e inmoral, claramente antidemocrática, con abuso de poder,
uso del dinero público en beneficio privado, con despilfarro, clientelismo,
mala gestión e ineficiencia, pérdida del objetivo constitucional, presión a los
periodistas, mordazas y manipulación, corrupción a raudales y estafa, incluso
con denuncias por abusos sexuales, hasta llegar a convertir este medio de
comunicación informativa y cultural en un instrumento al servicio de lo peor y
más nefasto del PP.
Es cierto, el modelo de
televisión valenciana del PP es insostenible, ineficaz, despilfarradora y
además no sirve ni para cohesionar y vertebrar al territorio valenciano, ni
para difundir su cultura, ni para ofrecer una información plural y objetiva, ni
para sostener al sector audiovisual, ni para entretener a una ciudadanía que
hace mucho que no veía ni le interesaba Canal 9.
Pero eso no quita para
que no nos sintamos indignados y estafados con su muerte. Porque es la muerte
de un sistema democrático, de la
Autonomía , de trabajos y empleos periodísticos, de la cultura
y la información. Muchos lloramos porque los responsables que generaron este
monstruo insostenible e incivilizado, hoy son los mismos que cierran la
televisión alegando una barata demagogia, como ha dicho el presidente Alberto
Fabra: “No cerraré un colegio ni un hospital para pagar la televisión”.
¡Derechos contra derechos!
Demagógico y
manipulador. Lo próximo que caerá será la enorme deuda que se esconde detrás de
los colegios públicos, y no porque se hayan hecho colegios, sino porque al
igual que RTVV se ha robado y estafado detrás de nobles acciones políticas como
la Educación. Porque
además no es una cuestión de elegir derechos, mientras el PP sigue manteniendo
prebendas suntuosas para lo que quiere, y porque no basta con cerrar: ¡hay que
asumir la responsabilidad! Ahora, toda España se da cuenta que esta locura
vivida en la
Comunidad Valenciana bajo los periodos del PP no era
solamente cuestión “de cuatro trajes”.
Los responsables son
quienes crearon un sistema emocional, con resortes psicológicos de manipulación
colectiva, para sustentar un sistema podrido de corrupción.
Ana Noguera es miembro del Consell
Valencià de Cultura
No hay comentarios:
Publicar un comentario